El aeropuerto David Ben Gurión, padre de la patria que declaró la independencia del Estado de Israel el 14 de mayo de 1948, abre las puertas de una ciudad moderna como Tel Aviv Fundada en 1909 está construida sobre dunas de arena junto a la antigua ciudad portuaria de Jaffa
Para entender la estructura de esta ciudad es importante conocer los procesos históricos que más la han influenciado. Tel Aviv ha experimentado dos procesos de crecimiento urbanístico-arquitectónico destacados. El primero en los años 30 de influencia Bauhaus, le ha dado a este increíble collage de arquitectura el nombre de “Ciudad Blanca”. Posteriormente, tras un período de abandono sucedido a lo largo de los años 60 y 70 “La Ciudad Blanca” experimenta un renacimiento. Tel Aviv se une a Jaffa, ciudad fascinante con más de 4.000 años de historia. Rascacielos de cristal y nuevos hoteles salpican el paisaje. En la década de los 80, la ciudad se abre de nuevo al mar, recuperando la costa que hasta ahora había sido ignorada. En los 90 Tel Aviv apuesta por los equipamientos culturales, construyendo la casa de la ópera, centros de arte, universidades… Asimismo florecen nuevas actividades económicas que complementan y enriquecen la ciudad en plena expansión
El punto culminante de esta transformación sucede en el año 2003 cuanto la UNESCO declara a “La Ciudad Blanca” Patrimonio Cultural de la Humanidad por su mestizaje único de lo urbano y lo antiguo, entre Tel Aviv y Jaffa. Una vez situados en el contexto histórico de la ciudad, podemos considerar desde un punto de vista más humano que los pequeños detalles y las sensaciones resultan importantes
Tel Aviv tiene una magia que atrae. La primera sensación es de una ciudad hostil, pero cuando te adentras en ella, esta sensación se desvanece y descubres su lado amable y humano que te cautivaran para siempre. No se sabe muy bien qué es, posiblemente un conjunto de cosas: su arquitectura, el aparente desorden estético de sus fachadas, la relación de éstas con las calles, sus tipologías y el romántico contraste entre lo seco, lo verde, el blanco de las paredes y la luz
Las calles de una ciudad son puro reflejo de la vida cotidiana de las personas que habitan en ella. Sheinkin Road es un buen ejemplo. Esta calle recién reformada marca un nuevo proceso urbanístico ordenado para generar una diáspora regeneradora en todos sus sentidos. Como en otras ciudades, la regeneración de las calles resulta un proceso largo y constante que suele empezar con una primera inversión pública. La voluntad es jerarquizar los usos de las calles. Definir los espacios para el peatón, el fácil acceso a los comercios, las zonas de aparcamiento, el mobiliario urbano, etc…
Una vez concluido este proceso renovador, se aprovecha la inercia para reordenar las fachadas que delimitan sus calles. Esta inversión privada culmina a lo largo de los años con un lenguaje más depurado de la esencia urbana de la ciudad
Sheinkin Road es el eje de transición entre dos partes de la ciudad. A diferencia de otras calles, no resulta interrumpida a lo largo de su recorrido por ningún parque elevado, por lo que se puede leer la totalidad de la calle en un solo vistazo. Comienzo mi particular paseo por esta calle huyendo del ruido y caos de Allenby, donde los comerciantes intentan venderme cualquier cosa a cualquier precio, los coches invaden el espacio del peatón, las bocinas suenan sin descanso y la calle es una carrera de obstáculos que debo superar. A medida que paseo en ella, siento como voy dejando atrás una ciudad para descubrir otra renovada y mucho más tranquila: la sosegada Rothschild, donde los ciudadanos pasean y las terrazas de los cafés se llenan los fines de semana
La calle, bulliciosa de gente, ofrece una variada oferta gastronómica y comercial. Es la hora del almuerzo y paseando descubro el restaurante Orna and Ella. El local, tiene un aire entre familiar y sofisticado muy acogedor. Sus ventanales permiten seguir disfrutando de lo que sucede en el exterior. También posee un comedor interior para aquellos que quieran un ambiente más íntimo. El restaurante es legendario. Su cocina es todo un símbolo de Tel Aviv y la calle Sheinkin. No debes perderte su delicioso Chiken and Kerry o el sweet potato pancake. También es muy recomendable the risotto balls
Con el estómago lleno dejo atrás el restaurante y sigo el paseo por Sheinkin donde, y salvando las diferencias del clima, de repente tengo la misma sensación de estar paseando por algunas de las calles de Notting Hill. Son calles tranquilas pero llenas de vida!Aquí encontrarás cualquier cosa que busques. Cada tienda ofrece al transeúnte infinidad de productos, regalos, objetos, comida, etc…. Como por ejemplo…Llegando a lo más alto de la calle, ya no soy capaz de recordar el bullicio de Allenby, ahora solo giro mi cabeza y observo el atardecer, la calle se extiende en línea recta a mis pies y Rothschild me da la bienvenida. Dejo atrás Sheinkin con la sensación de ser ésta la magia que me atrapa en Tel
Aviv
Albert Escola on twitter-https://twitter.com/albesbe
לכתבה המלאה בעברית- http://www.stripesandpearls.com/?p=2019
בואו להיות חברים של stripes and pearls בפייסבוק
תגובות פייסבוק
אין תגובות